Archivo de la categoría: Kickstories

Kickstories: Dunlop Green Flash 1555

Dunlop tiene una sola zapatilla legendaria, pero une sus raíces con la misma historia de las zapatillas. Fundada por John Boyd Dunlop en 1830, Dunlop Rubber Company descubrió un modo de encajar la lona en un compuesto de goma que fue un éxito en la inglaterra victoriana para el ocio. El paso a las zapatillas deportivas se dio en 1928, cuando la marca descubrió que muchos utilizaban esas primeras zapatillas para un uso deportivo. Nació Dunlop Sports Company y poco después su modelo más acertado, Green Flash 1555. El diseño de la suela es muy parecido al que podemos ver hoy día en modelos de alto rendimiento y la puntera plástica se convirtió en el estandar.
El mayor momento de gloria lo tuvo a principios de los treinta, cuando Fred Perry venció en Wimbledon llevando las Green Flash. En los ochenta y noventa volvieron a la actualidad, mucho antes de que llegara la moda retro, recuperada por los que gustaban de una imagen cercana al tenis como un deporte de club.
Quizás no sea la zapatilla que suele aparecer en las listas de las favoritas, pero pocos pueden presumir de haber vendido 25 millones de pares durante casi 80 años.

Kickstories: Nike Free Running 5.0

Tobie Hatfield debe estar cansado de ser comparado con su hermano Tinker, pero algunas de las zapatillas que ha diseñado para Nike han supuesto cambios tan revolucionarios como los creados por su hermano. Steve Prefontaine ya utilizaba las dunas para mejorar la resistencia, al mejor estilo neozelandés de Arthur Lydiard y fueron muchos los entrenadores que encontraban beneficios en correr descalzo por superficies naturales. Todo ello dentro de un entrenamiento como estrategia para fortalecer los músculos del pie que normalmente se veían hiperprotegidos por las nuevas zapatillas.
En un momento en el que las cámaras de aire y los gadgets eran la norma, Tobie Hatfield presenta la línea Nike Free como una forma de volver al correr más natural. Desde luego no era algo aconsejable para quien salía a correr un par de veces a la semana, pero los corredores serios podían utilizar la Nike Free en lugar de buscar una superficie lo suficientemente segura como para andar descalzo. La extrema comodidad la llevó pronto a las calles, donde podías sentir que hacías ejercicio en una simple caminata (una idea que ahora triunfa con las llamadas «zapatillas de tonificación»).
Aunque Nike había jugado con zapatillas parecidas (Presto en 2000 o Rift en 1994), la segmentación de la suela media parecía demasiado revolucionario. La primera versión de las Free Running (2003) tuvo algunos problemas por la malla que se ajustaba al talón, tan fina que se rompía con facilidad. Y la colección tuvo pronto secuelas, siempre con modelos llamados con un número que le situaba más cerca de estar completamente descalzo (0.0) o calzado con normalidad (10.0). Las zapatillas venían con un plan de entrenamiento que aconsejaba usarlas con moderación en las primeras ocasiones y un doble juego de plantillas por si querías acercarte más aún al correr descalzo.
Siete años después de la aparición de las Free, el barefoot running aparece como una categoría para la mayoría de las marcas, que siguen sorprendiéndose por la osadía de las Free.

Kickstories: Nike Zoom Generation 2003

Aunque LeBron James no fue el primero en saltar del instituto a los profesionales, el revuelo montado ocasionó que la NBA cambiara algunas normas. St Vincent-St Mary recibía material de adidas y quizás cualquier joven soñaría con que adidas le mandara zapatillas con el color de su equipo, pero LeBron sabía que era algo más. Casi todas las marcas se embarcaron en la carrera por agradar a LeBron aunque no pudieran ofrecerle dinero hasta que diera el paso a la NBA. Hubo problemas cuando se vió a su madre conduciendo un costoso Hummer o cuando le regalaron camisetas NBA en una tienda. El resultado fue un año en el que LeBron jugaba con zapatillas personalizadas, atrayendo la atención del público como en otros momentos harían Kobe Bryant y Gilbert Arenas. Se le vió con Jordans, Nikes y adidas, aunque lo que más puede llamar la atención hoy es que llevara las adidas de Kobe Bryant.
Una de las jugadas de Nike seguía el extraño razonamiento habitual de los de Oregón. No podían pagar a LeBron pero sí podían pagar la publicidad en autobuses pidiéndole que se fuera con ellos. Las visitas de Michael Jordan también iban por el mismo camino. Pero el punto final lo puso la presentación de las que serían sus zapatillas con Nike. Unidos en un equipo All Star, Eric Avar (Huarache 2k4, Kobes o Pennys) , Aaron Cooper (que ultimamente está renovando la saga trainer) y Tinker Hatfield se reunieron para crear la zapatilla del joven LeBron. Puede que eso fuera el punto definitivo. O los 92 millones de dólares que Nike le ofreció.
Tomando como excusa su coche favorito, crearon una zapatilla que se comportaba como un todoterreno. Sin estridencias y con un moderado precio (105$), un logo casi escondido en la lengüeta y una oculta placa de fibra de carbono sobre el zoom. La supuesta innovación estaba en el Sphere, un tejido circular que Nike colocaba en sus prendas hi tech y que por primera vez aparecía en una zapatilla con la intención de regular la temperatura corporal. Para alejar las grandiosas expectativas, la primera zapatilla de LeBron James no llevaba su nombre. La Nike Zoom Generation tuvo una versión especial «First Game» que en realidad llevó en su cuarto partido en la NBA (el primero como local) y fue pasto de las más altas pujas en internet.

Kickstories: Nike V Series Vengeance

A principios de los ochenta, Nike había introducido el aire en sus zapatillas de running de la mano de la Tailwind, lo que había supuesto una aparatosa carrera por demostrar que sus zapatillas eran «más tecnológicas» que las de la competencia. Correr, que había comenzado como algo que destilaba simplicidad tal y como hacían los pioneros de Oregón, se convertía en una batalla por la innovación.
Y quien comenzó la guerra fue el primero en abandonarla. Nike no desatendió la innovación, pero sí la demostración sin sentido. Las V Series eran aparentemente sencillas. Tres modelos con una horma parecida para los corredores que necesitaban velocidad, estabilidad o la mezcla adecuada de ambas. Nike en los setenta había sido la primera marca en apostar por el running como un estilo de vida rebelde, más tarde había sido la abanderada de los adelantos tecnológicos y de nuevo apostaba por el correr libre. Correr volvía a ser simple. Y divertido.
La Vengeance era el modelo más característico de las V Series, aunque quizás el menos avanzado. Líneas que la emparentaban con la saga de las Eagle, un característico refuerzo en otro color en la parte delantera que la identificaba y una original ojetera que comezaba en un tirador.
Toda la tecnología posible estaba en esas zapatillas, pero nada era exageradamente visible. En sus anuncios decían «Si quieres, podemos aburrirte con mil detalles tecnológicos sobre el Duramesh usado en el corte o la cámara de aire». «Si llevas la tecnología lo más lejos posible, te llevará al lugar donde todo comenzó». Una actitud que curiosamente ha vuelto con otra tecnología de Nike, la espuma Lunar, un concepto simple que se aleja de tecnologías misteriosas. No creo que sea casualidad que la Vengeance, como sus hermanas de serie Vector y Vortex, tengan ahora una versión con suela Lunar en un espectacular híbrido que comparte con la original el espiritu de la sencillez.
Hace algunas temporadas, cuando el retro running aún no se había convertido en una moda, Nike reeditó las Vengeance con poca repercusión. Ahora que el baloncesto retro está dejando hueco al running será más fácil verlas en su versión «habitual», vintage o Lunar.

Kickstories: Reebok Freestyle


La incorporación de la mujer al deporte ha sido un proceso muy lento, o quizás tendría que decir «está siendo» un proceso muy lento. Cuando Nike explotó a finales de los setenta no tenía muy en cuenta a las mujeres y adidas posiblemente ni sabía que había mujeres que hacían deporte para sentirse bien y no para participar en Juegos Olímpicos. Era el momento en el que surgía una nueva disciplina a la que llamaban «aerobic». Para adidas no se trataba de un deporte porque no había competitividad, para Nike era sólo un grupo de madres que se reunían para hacer algo parecido a bailar. Reebok era una marca que bajo otro nombre, J.W. Foster, había tenido cierto prestigio en el atletismo a principios del siglo XX (las carreras que se narran en la película «Carros de Fuego» estaban calzadas por Reebok). En 1979 Paul Fireman comienza a exportar Reebok a Estados Unidos e identifica a las mujeres y el deporte recreacional como un mercado emergente.
Para ellas crea la Reebok Freestyle, en un principio en versión baja y poco después en versión alta con velcro. Las historias sobre zapatillas están llenas de leyendas y se cuenta que debido a un error, la primera tirada de Freestyles se realizaron con piel destinadas a guantes, mucho más suaves. El resultado final no era el deseado por Reebok ya que la zapatilla era demasiado fina y unas arrugas quedaban marcadas en la puntera. Los fabricantes asiáticos prometían en la primera partida que estaban trabajando duro para eliminar esas arrugas, pero Reebok se vió obligada a ponerlas a la venta sin mucha confianza.
Casi sin saberlo, habían creado la primera zapatilla para Aerobic, un modelo exclusivo para mujer que además se realizaba en distintos tonos pastel. Puede que a Nike y adidas no les pareciera un modelo de alto rendimiento, pero muchas mujeres comenzaron a combinarlas con su vestuario habitual, como se refleja en «Armas de Mujer», de Melanie Griffith. Las zapatillas deportivas dejaban de ser un producto exclusivo para deportistas.
Cuando los fabricantes asiáticos consiguieron un resultado adecuado, muchas clientas se quejaban de que no tenían las arrugas en la puntera que le daban un aspecto más cercano a una zapatilla de baile. Y los fabricantes tuvieron que deshacer el camino para que la Freestyle quedara imperfecta.
Mucho más que un hito del diseño, la Reebok Freestyle supuso el descubrimiento de dos nuevos mercados, el femenino y el de los gimnasios. Incluso apareció una versión masculina, la Ex-O-Fit. Cuando las grandes marcas quisieron reaccionar, Reebok ya había conseguido un prestigio como zapatilla de gimnasio con estilo, que curiosamente recupera desde que forma parte del grupo adidas. Además, las reediciones de la Reebok Freestyle original con pequeños cambios siguen siendo un moderado éxito de ventas.
En un momento en el que la mujer entraban en el deporte con fuerza, la Reebok Freestyle era su zapatilla. El momento fue reflejado en «Armas de Mujer» (Working Girl) cuando Melanie Griffith cambia zapatillas por tacones para empezar a trabajar.

Kickstories: Nike Bermuda

Uno de las principales innovaciones de Nike fue externalizar la producción. La primera serie de las Nike Bermuda en 1978 se fabricó en Estados Unidos, pero pronto buscó tierras asiáticas. Era el momento de Elites o Waffles y pasó un poco desapercibida, a pesar de algunos avances en el diseño. La ojetera en zigzag permitía ajustar mejor y la puntera era completamente limpia y de una pieza lo que acabaría convirtiéndola en la primera de una saga de zapatillas que se ajustaban al pie que continuaría en Air Current, Flow, Sock Racer o Presto. Además, presumía de plantilla realizada en Permafoam, que se amoldaba al pie. La idea de Jeff Johnson, diseñador de la Bermuda era convertirla en una zapatilla que actuara como una segunda piel. Un modelo parecido aunque menos arriesgado era la Challenge, con una puntera reforzada más habitual.
Casi treinta años más tarde volvió a reeditarse con acabado vintage, es decir, envejecidas hasta aparentar haber sido creadas en los sententa.

Kickstories: Reebok Shaq Attaq

Shaquille O´neal había creado tanta expectación en su etapa universitaria que él mismo quiso hacer las cosas diferentes en su llegada a la NBA. En lugar de firmar un contrato con una marca de zapatillas, quiso crear él mismo su propia marca, que llegaría a acuerdos con otras empresas para crear los productos que llevaran su firma. Su logotipo SHAQ podría aparecer en unas Reebok este año, pero también en una caja de cereales o en un coche. O eso era lo que Shaq pretendía. Adidas y Nike tenían visiones muy distintas de cómo vender sus zapatillas y no aceptaron el trato. Reebok, por aquél entonces la marca número uno, aceptó, uniéndose al que parecía que podía convertirse en el jugador número uno, para luchar contra Michael Jordan y sus zapatillas.
Su primer modelo con Reebok fue espectacular, con The Pump algo más consolidado, una puntera limpia como se llevaba en la época y colores satinados, aunque los más duros se sorprendieron de que no fuera una zapatilla demasiado duradera. En el anuncio aparecía con Wilt Chamberlain, Kareem Abdul Jabbar, Bill Walton y Bill Russell.

Kickstories: Nike Pippen

Scottie Pippen había llegado a la NBA sin muchas aspiraciones y con una pequeña marca, Avia, que luego pasaría a manos de Reebok. Con el tiempo, Pippen se fue haciendo un lugar…y el lugar fue junto a Michael Jordan. Aunque era habitual verle con Nikes con una exagerada amortiguación como las Uptempo, algo cambió cuando surgió la posibilidad de su primera zapatilla. Aaron Cooper, uno de los clásicos entre los grandes diseñadores (Flightposite, Zoom Generation…), se sorprendió cuando Pippen, en un estado muy avanzado de su zapatilla, le pidió cambiar la amortiguación Air Max por Zoom. Para un atleta de elite que se centra en la velocidad, los beneficios del Zoom son claros; está más cerca del suelo y la capacidad de respuesta es más rápida. ¿Qué le hizo cambiar de opinión? Nunca lo sabremos, pero curiosamente Michael Jordan siguió la misma línea, pasando del Air Max al Zoom.
El proceso de producción estaba tan adelantado que no se pudo incluir Zoom en las zapatillas que llegaron a tienda, aunque sí se hicieron para Pippen. El éxito de ventas del primer modelo de Pippen llevó a repetir la estrategia, mientras se vendía una versión con Air Max, él prefería un modelo con Zoom.

Kickstories: Nike American Eagle

La Skylon original de Nike no llegó a las tiendas. Su vida se desarrolló entre los pies de corredores de elite como Alberto Salazar o Joan Benoit, que pedían colores y detalles específicos para ellos. Benoit pedía una cuña extra que mantuviera a raya su hiperpronación, a Salazar se le vió con colores especiales.
El modelo en cuestión era demasiado estrecho para los pies de corredores populares y no llegó a ponerse a la venta. Pero en 1984, muchos de los avances creados para la Skylon se colocaron en otra zapatilla, la American Eagle.
El otro punto sobre el que giraba la American Eagle era la Eagle de 1980, el modelo con el que Alberto Salazar ganó el maratón de Nueva York ese año. El sobrenombre «americano» viene por la elección los colores, adecuados para representar a su país en los Juegos Olímpicos.
Seguía siendo una zapatilla rápida para corredores neutros, pero ahora se adaptaba mejor al gusto de los populares. Aún así, siguió siendo la elección de Alberto Salazar, que corrió con una edición especial de ellas en Los Ángeles 1984 (aunque lo que más llamó la atención fue su agujereada camiseta Kappa).

Kickstories: Nike M.O.R.F.



Una de las ideas más efímeras de Nike llegó en 2001 bajo las siglas MORF (Multiple Option Replacement Footwear). En el juego entraban tres zapatillas, Kidd II, Payton III y Pippen V que en realidad se comportaban como una sola. Por que en realidad lo eran. Con una estructura similar, en realidad era sólo un chasis sobre el que podías colocar la apariencia externa de Kidd, Payton o Pippen, que se colocaban como una especie de botín externo en el que se incluía la suela exterior. Visiblemente influído por la era de la customización de internet, parecía tomar la idea de las diferentes skins, que prometían adaptarse al estilo de cada jugador. Mientras el chasis interno daba amortiguación, soporte y estabilidad, el botín externo protegía y daba el punto adecuado de tracción para cada estilo. O al menos eso decían, porque las suelas exteriores de las skins de Kidd y Payton eran aparentemente iguales. El modelo de Jason Kidd fue posiblemente el más espectacular, con una curiosa impresión en toda la zapatilla que le daba un aspecto completamente nuevo. Aunque podía tener su gracia para el gran público, no había ninguna ventaja funcional para los jugadores que la llevaban. Una más de esas ideas revolucionarias de las que nadie se acuerda la siguiente temporada, aunque una zapatilla de tenis, la Nike Zoom Revive, se basaba en la misma idea.