Si hablamos de zapatillas en 2016, hablamos de ediciones especiales, cantidades limitadas y colas. Pero todo tiene un comienzo, 22 de febrero de 2005.
El skate siempre ha sido un deporte creador de tendencias. El deporte en el que había que estar para venderle al resto del mundo. Si consigues que lleve tu camiseta un tipo con una tabla, habrá miles de niños con gafas que pedirán a sus padres una igual.
Nike había estado en el skate desde el principio, cuando muchos de los grandes nombres usaban Blazers, Dunks o Jordans. El resto, que no podía permitirse esos lujos, prefería algo más barato. En los noventa los skaters ya tenían sus propias marcas y comenzaban las campañas por rechazar todo lo que no fuera 100% skate. Un skater debía llevar marcas de skate y Nike era la marca de atletas o de jugadores de baloncesto. Desde entonces Nike se puso como objetivo ganarse a los skaters. Pero no lo consiguió con anuncios brillantes ni con producto técnico. Lo hizo con ediciones limitadas. Siguiendo la estela de Supreme y de las marcas creadas por Hiroshi Fujiwara, la línea de skate de Nike de principios del dosmil se vendía en un puñado de tiendas. Las ediciones era limitadas casi por obligación, si solo las iban a tener algunas tiendas, no tenía sentido hacer grandes ediciones.
Nike SB se ganó cierto prestigio aunque no llegó a vender demasiado. Las ediciones que hoy son recordadas como gloriosas, en su día podían conseguirse meses después de su lanzamiento. Pero hubo una de esas zapatillas que lo cambió todo. La Dunk SB “Pigeon” diseñada por Jeff Staple y lanzada a la venta el 22 de febrero de 2006. La primera vez que una zapatilla provocaba colas masivas, peleas y disturbios. En realidad fueron 4 días de cola, algo que hoy suena demasiado inocente (hoy hay colas de 9 días). Hubo broncas, bates de béisbol y policías que acompañaban a los compradores para evitar robos. Incluso fue portada del NY Post.
Pero de eso hace 10 años. Lo que entonces podía ser un nuevo método hoy se ha agotado por las mil repeticiones. El mismo Jeff Staple hoy día sigue otro camino. Cuando hoy habla de una edición limitada, lo hace con un sentido. Sus colaboraciones son limitadas por un motivo. A Staple le gustaría ver sus diseños en miles de tiendas, pero mientras llega ese momento solo puede venderse en su propia tienda. No se trata de crear una edición limitada para crear hype. Aquellas ediciones limitadas tenían sentido porque una tienda pequeña no podía permitirse un stock demasiado grande. Si sabes que hay 100 personas que quieren tu producto, fabricar 10 unidades es crear una demanda artificial.
Diez años después, ahora que Jeff Staple reniega de las ediciones limitadas, el resto del mundo ha descubierto las ediciones limitadas.