Los skaters compran poco pero venden mucho. Solo unos pocos patinan, pero son muchos los que se fijan en ellos. Que se lo digan a Supreme, que lo tuvo claro desde el primer día; para vender a muchos adolescentes hay que vestir a unos pocos skaters. El estilo de vida asociado al mundo del patín es uno de los elementos que se siguen repitiendo como símbolo de rebeldía y por eso mismo Nike tuvo muchos problemas para entrar en el skate en los noventa.
En 2002 Nike eligió una nueva estrategia. Durante los ochenta los skaters profesionales patinaban con las mejores zapatillas de baloncesto ¿no tenía sentido recuperar aquellas siluetas? Lo hizo ganándose a las pequeñas tiendas del patín. Cuando Nike quiso entrar en el golf contrató a Tiger Woods, cuando entró masivamente en el fútbol fichó a Ronaldo, pero el skate necesitaba otro estilo. Desde abajo, con ediciones pequeñas, en los parques, no en la tv.
La zapatilla estrella era la Dunk, una zapatilla que ya había sido histórica en los ochenta en el baloncesto que los skaters la habían hecho suya. Tenía una historia real relacionada con el patín, solo necesitaba algunos pequeños cambios funcionales para ser perfecta. Cambiaron la lengüenta para acolcharla, le colocaron Zoom bajo la plantilla…y funcionó. Sandy Bodecker, un histórico de Nike que viaja constantemente desde el skate al atletismo, fue el encargado de que llegaran a las tiendas. Ediciones especiales para pros (Richard Mulder, Danny Supa, Reese Forbes, Gino Ianucci), colaboraciones (Zoo York, Supreme, Medicom) o ediciones temáticas (California, Phil Knight…). Aquellas Dunk SB popularizaron un nuevo lenguaje que nos hablaba incluso a través de los colores de las cajas.
El 15º aniversario de las Dunk sirve como excusa para recuperar alguna de aquellas historias. Una Dunk Elite Low renovada con una unidad Zoom de mayor tamaño y un upper aligerado y sin costuras, así como versiones High de aquellas ediciones especiales. Recuerdos de una época dorada.