Kickstories: adidas Micropacer 1984

En 1984 adidas tenía muchos líos en la cabeza. Mientras Nike y Reebok no paraban de crecer, ellos se quedaban entre el deporte, tal y como había buscado el fundador, Adi Dassler y las relaciones sociales, opción de su hijo Horst. Estados Unidos, principal mercado, se había convertido en una pela de gallos, sin embargo la Europa del Este era coto exclusivo de las tres franjas. Pero si quieres vender en Nueva York, seguro que hay mejores modos de hacerlo que obligar a llevar tus zapatillas a una bigotuda velocista de un país que daba miedo. El boicot de los paises del Este a los Juegos Olímpicos de Los Angeles fue la puerta abierta para otras marcas.
Y así apareció la adidas Micropacer. El diseño quedaba escondido por un cubrecordones. El del pie derecho tenía un bolsillo para guardar las llaves, un recurso para que las dos fueran iguales. Lo verdaderamente apasionante estaba en la zapatilla izquierda. Un sensor en la punta de la zapatilla se conectaba con una pequeña pantalla para indicar los kilómetros, tiempo y calorias consumidas. Nunca llegué a saber qué sistema utilizaba, pero supongo que en 1984 no habría muchas más opciones que un contador de pasos al estilo de los podómetros ahora habituales. Un golpe, un paso.
Para completar el diseño, un gris plateado espectacular y el color de la mediasuela hacía que fuera imposible pasar desapercibido. Más que de un modelo que buscara ventas, se trataba de una «bala de plata», un producto que consiguiera asociar a adidas con la tecnología en la mente de los compradores. Y en plena era del GPS, pensar en una zapatilla así en 1984 es increíble.
El reloj, eso sí, tenía fecha de caducidad, porque solo disponía de fechas hasta 2009. Antes de que sufriera su particular efecto 2000, fue reeditada en varias ocasiones (en la foto) y con distintos materiales y acabados, aunque mantiene su estatus de modelo imposible.

2 pensamientos en “Kickstories: adidas Micropacer 1984

  1. Carlos S.

    Una de mis virtudes es coleccionar recuerdos pasados puntuales. Recuerdo ver este modelo en el escaparate a la venta en Oby Sport, una tienda muy técnica en los 80 aquí en Avilés, todo el mundo las veía como un objeto del futuro, tanto por esa tecnología como por lo llamativo de la zapa como por el precio, hay que recordar que en aquella época no se podían elegir demasiados colores en el mundo del running. Eso sí, no veía a nadie con ellas por la calle.

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  2. El cateto

    Pregunta tonta, ¿Por qué no han mantenido lo de las llaves?
    El otro pie para 5 € para unas cervezas después de correr, que es como mejor saben.

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