Converse había pasado, en poco más de una década de ser la gran marca del baloncesto a pelearse con adidas, Nike e incluso Puma y otras firmas por un parte del pastel. El hachazo definitivo lo dio Nike con la Jordan I, una zapatilla no demasiado avanzada que impactaba por publicidad y combinación de colores. Si eso lo conseguía una marca primeriza con un jugador de primer año ¿qué podría hacer Converse con Magic, Bird, Thomas, Aguirre, Bernard King o McHale? La respuesta fue la Converse Weapon, un modelo que no centraba su publicidad en la amortiguación sino en la construcción en Y que protegía el tobillo. Cada jugador tendría las zapatillas en el color de su equipo, es decir la estrategia que Nike había seguido con Dunks y Jordans, multiplicada por cada una de sus estrellas.
Desde entonces, Converse no ha creado una zapatilla con el mismo impacto. Para intentarlo, le coloca su nombre a cada una de sus nuevos modelos. Versiones supuestamente fieles a la original, poorman´s weapons o weapon evo intentan recordarnos las que siempre serán las zapatillas de Magic y Bird.
Kickstories: Converse Weapon
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