Kickstories: Jordan XI

Intenta elegir las tres mejores películas de todos lo tiempos, las tres mejores canciones, los tres mejores discos. Es complicado llegar a un acuerdo. Sin embargo, hay una zapatilla que aparece siempre en todas las listas, la Air Jordan XI.

Tinker Hatfield tenía muchas ideas en la cabeza para nuevos diseños, pero no estaba seguro de que Michael volviera a las canchas, y ni siquiera estaba seguro de que habría unas Jordan XI. Fue Mark Parker quien le dio un lugar para que Tinker pudiera desarrollar sus ideas. Unos años antes, Parker y Hatfield habían formado una pareja de diseñadores que cruzaban países en busca de nuevas ideas. A partir de ahí, Parker se había dedicado a tareas más directivas (actualmente es el CEO de Nike) mientras que Hatfield continuó en el diseño. La primera idea para el diseño de las AJXI venía del fútbol. Mientras la mediasuela de las zapatillas de baloncesto se había ido ablandando durante la última época, las de fútbol mantenían la rigidez para permitir la respuesta rápida, como ocurre en las zapatillas de clavos en atletismo. La manera de unir amortiguación con capacidad de respuesta era la fibra de carbono, un material que hasta ese momento no se había usado en zapatillas comerciales.

Y la fibra de carbono funcionaba. Pero no era visible. Así que había que impactar con un diseño nuevo. Pero el corte debía mantener las cualidades técnicas de la mediasuela y para ello Hatfield recuperó un material que hacía tiempo que quería utilizar, pero al que no encontraba sentido. El acabado en charol de la «patent leather» no solo le daba una imagen completamente nueva, también tenía la función de sostén al ser mucho más rígido que la piel habitual. Tenía sentido como protección, aunque más tarde se abusara del «patent» colocándolo en lugares sin sentido. Como ocurría en otras innovaciones de Tinker Hatfield como el Air Max, lo estético tenía además un sentido funcional.

La idea venía de una cortadora de césped, dura en el contacto con el suelo, liviana en el resto. Para aligerar el peso, la parte superior estaba realizada en Cordura, un material utilizado en las mochilas. Y en la suela exterior, el acabado traslúcido era tan impresionante como poco útil. En las limpias canchas NBA no había problema, pero en las pistas en las que las usaban el resto de los mortales, cualquier suciedad provocaba un resbalón. Era la primera vez que se diseñaba unas Jordans con la idea de que duraran más de un partido. Michael era absolutamente meticuloso con su calzado y la leyenda cuenta que utilizaba un par nuevo para la segunda parte porque notaba el descenso del rendimiento después de 24 minutos de juego. Las Jordan XI podían aguantar un partido completo sin que notara nada.

En el apartado más estético, Michael pidió unas zapatillas «que quedaran bien con traje». Puede que fuera exagerado, pero la idea de Jordan siempre fue conjugar el lado del rendimiento junto a lo más casual. Y el grupo R&B del momento, Boyz II Men, se atrevió a usarlas sin llamar la atención en los American Music Awards. Michael llamó a Tinker para decirle simplemente «I told you so, motherfucker».

Pero volvamos a las canchas. Michael Jordan después de su primer retiro había vuelto a jugar con unas zapatillas que sabíamos que no era de su agrado, la AJX. Hatfield le había mostrado prototipos de la XI que le entusiasmaron y se mostraba expectante ante una versión con la que pudiera jugar. El aviso era claro: le entregarían un sample que debía ser usado solo en lugares en los que no hubiera cámaras cerca. Pero Michael no supo esperar y quiso llevar las sensaciones de la fibra de carbono a las canchas. Por si quería pasar desapercibido, su amigo Ahmad Rashad, comentarista de televisión, se encargó de enseñarlas al mundo. Parecía una mala idea, mostrar al público una zapatilla que no estaría a la venta hasta unos meses más tarde, sin embargo, ocurrió justo lo contrario. Esos meses sirvieron para que se creara una burbuja sobre esas Jordan XI que nada pudo explotar. Como ocurrió con la Jordan I, un fallo acabaría convirtiéndose en una ventaja que sería imitada mil veces.

El color de ese primer sample, «Concord», blanco y negro, contravenía las rígidas reglas de aquél momento. Los Bulls jugaban en playoff con zapatillas predominantemente negras y Michael tuvo incluso que pagar una multa. En algunos partidos contra los Sonics y la fiesta de celebración de la consecución del título de la NBA, Michael también llevó una versión low muy distinta a la que luego llegó a las tiendas (Jordan XI Low IE). De hecho, fue la primera vez que las dos versiones (alta y baja) eran rotundamente distintas.



Los tres colores de la versión alta se convirtieron en clásicos, pero lo fue aún más la versión que se hizo para la película «Space Jam», de la que se dice que solo se fabricaron cinco pares y que le sirvió para dejar de pagar multas.

Cada una de las reediciones, incluso en nuevos colores, ha creado la máxima expectación, incluso con algaradas callejeras. La versión «Cool Grey» provocó cargas policiales en 2001 y el mismo Michael las usó con el uniforme de los Wizards. La última reedición de las Concord en 2011 ha vuelto a poner en duda la política de ediciones «limitadas» con fechas anticipadas.

Fueron las zapatillas con las que Michael Jordan logró sus mayores éxitos, incluido el 72-10 con el que terminaron los Bulls la temporada, el comienzo de su segundo threepeat y las emocionantes imágenes de su lágrimas por la victoria en el día del Padre.

El listado de los jugadores que las ha llevado en alguna ocasión comenzaría por sus compañeros de equipo que prácticamente calcaban sus modelos, con Ron Harper a la cabeza. Allen Iverson en su etapa universitaria, Kevin Garnett, Reggie Miller, Scottie Pippen en su etapa en los Blazers, Kobe Bryant, Charles Barkley o dos de los que han tenido ediciones especiales, Chris Paul en una casi desconocida personalización y Ray Allen, además del propio Tinker Hatfield o los muchos jugadores de fútbol americano o beisbol que tuvieron sus propias versiones.









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