Durante muchos años, Nike no tenía claro qué hacer con Jordan como marca. Lo que comenzó siendo solo un nombre en una zapatilla, se convirtió pronto en algo más. Fue el intento de Rob Strasser y Peter Moore de convertirlo en una submarca, querián crear ellos mismos una marca fuera de Nike. Pero Michael se quedó con Nike y juntos formaron Jordan bajo el paraguas de Nike inc. En sus comienzos era solo una zapatilla, pero la colección se fue ampliando hasta dejar la Air Jordan en uno más de los artículos en catálogo. Y no se puede decir que fuera el más importante. Con la primera retirada de Jordan ya comenzaron las dudas, pero a partir de la Air Jordan XVIII se veía que la Air Jordan había perdido su lugar.
Desde la misma marca lo anunciaron con suficiente antelación, la Air Jordan XX3 sería la última de las zapatillas numeradas. No decían toda la verdad, porque seguiría habiendo Air Jordan, pero esta vez acompañadas del año. La marca parecía centrarse en otros modelos de juego y retro.
Para la AJ XX3 volvió Tinker Hatfield que se sirvió de las ideas de Mark Parker, un compañero de Tinker en sus primeros años como diseñador que se había convertido en CEO (Director Ejecutivo) de Nike. Parker giró a la marca hacia el desarrollo sostenible y las Air Jordan siguieron ese camino. Nike trabajaba en una línea llamada Considered que intentaba llevar el desarrollo sostenible al máximo como el resto de la compañía llevaba el rendimiento deportivo. Principalmente, se basaba en el uso de elementos físicos sobre los químicos, que producen un gasto extra en plásticos. La Air Jordan XX3 no podía olvidar que era una zapatilla de rendimiento y esa era su prioridad. Tinker se basó en el modo de fabricar de los indios nativos americanos. La AJ XX3 era un gran panel sobre el que dibujar con costuras. En aquél momento fue la zapatilla de baloncesto «más ecológica» y abrió el camino para que Nike primero y otras marcas luego, intentaran unir el rendimiento con lo sostenible. También era la zapatilla que más tiempo requería para su fabricación, por el cosido a mano.
Los pilares IPS eran menos visibles y la media suela tenía zoom air y una placa de fibra de carbono, convirtiéndola en la más cercana al suelo de todas las Air Jordan. En la suela exterior, el patrón estaba formado por la huella dactilar de Michael Jordan, que también aparecía en la parte interior de la lengüeta. En la parte exterior, dos logos distintos, el Jumpman en la zapatilla izquierda, y un «23» en la derecha. Para evitar problemas, la huella dactilar de Michael fue levemente retocada, así que olvídate de entrar en su mansión privada colocando las zapatillas sobre el detector de huellas.
A pesar de la plantilla de doble densidad y del forro acolchado, la AJ XX3 fue muy criticada por la placa en TPU que rodeaba el pie y que debía tener una función estabilizadora. Para muchos, esta placa era tan rígida que no permitía mover el pie con naturalidad. Esa placa venía de una de sus fuentes de inspiración, la Jordan XIV. Para la otra base de inspiración tendríamos que ir hasta Barcelona, porque en algunas líneas recuerdan a Gaudí (podemos escuchar al propio Tinker explicarlo en el video). A pesar de que hablaban de un modelo ligero, con 425 gramos está muy lejos de lo que hoy consideramos una zapatilla ligera.
Jordan ya hacía uso de las ediciones limitadas y puso a la venta la Air Jordan xx3 Titanium, 23 pares en cada una de las 23 tiendas elegidas en Estados Unidos y otras 23 para el resto del mundo, a 230$, aunque algunos pares llegaron a 2000$ en eBay.
En la cancha no fueron muchos los que la llevaron. Chris Paul y Carmelo Anthony la usaron en medio All Star, Ray Allen llevó la versión Titanium y Joe Johnson y Rip Hamilton versiones especiales. Mike Bibby utilizó varios colores de la versión low. Tinker Hatfield mostró una versión única con una «H» en los paneles laterales.
Debía ser «la última de las Air Jordan», aunque el romanticismo del número 23 se olvidó pronto, cuando llegó la Air Jordan 2009, un cambio de nombre para mantener la misma idea.