Kickstories: Nike Air Max 93

Una de las air max más ignoradas ha sido la que salió a la venta en 1993.
En Nike había una pregunta en el aire desde 1979, año en el que se creó la primera zapatilla con cámara de aire (puedes ver su historia aquí). Si una pequeña bolsa de aire encapsulada en la entresuela hacía que la zapatilla fuera mucho más efectiva ¿cómo se comportaría una entresuela que fuera todo aire?
Con esa idea las cápsulas de Air Max fueron creciendo y quitando sitio a las espumas que habitualmente se usaban (y usan). Lo que nadie podía conseguir es que pudieran situarse en el talón y esa fue la misión de Perry Auger, un ingeniero que pensó que podía hacerse imitando el modo en el que se fabrican las botellas de leche. Fabricadas por inyección de plástico, Auger llevó su idea de las botellas de leche a las suelas de las zapatillas. Y funcionó. Bruce Kilgore puso su experiencia con las Air Force One y Air Max 180 y el toque toque final fue Tinker Hatfield diseñando una parte superior que heredaba patrones de las anteriores air max. De un modo completamente nuevo, evolucionó la lengüeta integrada de la 180 para crear un botín que se ajustaba al pie. El resto, malla en la puntera, un talón más rígido con una pieza plástica y zonas de ventilación en los paneles laterales. Un diseño demasiado minimalista que no ha entrado en la ruleta de actualizaciones retro con miles de colores ni ediciones especiales.
Aunque actualmente se le conozca como Air Max 93 por el año en el que se puso a la venta, en su momento el nombre oficial era Air Max 270, continuando el juego de grados que comenzó con la 180.

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