Kickstories: Nike Air Tailwind

Hoy día quieren convencernos de que muchas zapatillas son míticas, grandes, históricas, y parece la mejor idea volver a ponerlas a la venta. En realidad, la mayoría de ellas no lo fueron. Sin embargo, la Nike Air Tailwind parece olvidada.
A finales de los setenta, un ingeniero llamado Frank Rudy presentaba a Nike un proyecto que situaba unas almohadillas de aire en la suela. La idea original era colocarlas en botas de esquí, pero tras algunas negativas y fracasos (Head sacó unas botas con «su aire»), adaptó el invento a zapatillas. El primer intento, con la marca Bata, fracasó, el segundo, con adidas, ni llegó a nacer. El fundador de Nike, Phil Knight, salió a correr con un primer prototipo y el acuerdo quedó sellado. Ahora sólo quedaba colocarlo en la línea de producción. Las cámaras de aire deberían colocarse no en la plantilla (donde el rozamiento provocaba un calor insoportable) sino en la mediasuela, por lo que había que encontrar el modo de mantenerlo entre la espuma, flexible pero que no dejara escapar el aire del interior. Lo que hizo Rudy fue patentar un compuesto gaseoso con una estructura molecular que no pemitía que atravesara las paredes de la bolsa.
Los estudios decían que un maratoniano que corriera con cámaras de aire consumían un 2.8% menos de energía, a pesar de que los pegamentos usados hacían que la zapatila con aire pesara más. Pero algunos corredores veían que era una tecnología cómoda, pero inestable. Desde Nike no creían que el «aire» fuera útil para todos, pero podía ser adecuado para un grupo de corredores.
Usando piezas de la LDV (otra zapatilla de la época) se creo la Tailwind. La primera zapatilla con cámara de aire no sólo debía ser revolucionaria, sino parecerlo. Para ello, se la decoró con una malla plateada.
El lugar de estreno fue el Marathon de Honolulu de 1978, patrocinado por Nike. Las zapatillas llegaron a las tiendas sólo unas horas antes y se agotaron inmediatamente. Sin embargo, pronto comenzaron los problemas; las zapatillas se reventaban fácilmente. No por la cámara de aire, sino por las escamas metálicas usadas para darle una imagen novedosa. Nike se comprometía a devolver los 50$ que costaba (la zapatilla más cara del momento), aunque la mayoría de corredores estaba tan contento con la amortiguación que las conservaron a pesar de todo.
El nombre Tailwind se ha mantenido hasta la fecha en una serie que tiene poca relación con la primera, situándola muy lejos de las carreras.
El ultramaratoniano Dean Karnazes, patrocinado por The North Face, cuenta en su libro «Ultramarathon» sus años de instituto con un recuerdo para la Tailwind.

«Recuerdo mi primer par de tailwinds, como recuerdo mi primer amor, como las sentía en mi mano, el olor de las suelas de goma. Viendo los capítulos repetidos de la isla de Guilligan, por la tarde, me pasaba el capítulo entero retorciendo y apretujando las zapatillas para hacerlas ceder«.

4 pensamientos en “Kickstories: Nike Air Tailwind

  1. keruby

    thank´s again….!!!

    haciendo una traducción literal de «tailwind»… ¿podríamos decir viento en la parte trasera?

    magistral el texto y la cita del maratoniano…!

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