En 1983 Nike ya habiá conseguido ciertos éxitos en el running y era habitual en el baloncesto y el tenis. Y todo, surgiendo de una pequeña población en Oregón, donde es más sencillo encontrar senderos que asfalto. Aún quedaba mucho para que Nike tuviera su propia división de deportes de montaña (ACG), pero muchos de sus diseñadores utilizaban algo más que la ciudad para entrenar. Uno de ellos era Mark Parker, un antiguo deportista con tendencias artísticas y reciclado en diseñador. Cuando Parker pensó en una bota de montaña, lo que hizo fue adaptar sus éxitos de las zapatillas de carreras, un diseño parecido, colocar cordura en los lugares que había malla, reforzar la puntera con algo más de goma para proteger los dedos…¿Algo nuevo? No. Sólo colocar en la montaña las ventajas de una zapatilla de running. Algo que supondría la base de ACG algunos años después.
En el siglo XXI la Lavadome se convirtió en un modelo casual y con mil versiones gracias a la moda de convertir en urbanos algunos mitos de la montaña. Quizás también está relacionado con que el diseñador Mark Parker se convirtiera en el Director Ejecutivo (aka jefe supremo) de Nike.