Otra de las ideas locas de Bill Bowerman, fundador de Nike, era crear una zapatilla lo más ligera posible. Su sueño era fabricar una zapatilla que se desintegrara durante la carrera, dando el soporte necesario sin un gramo extra. Bruce Kilgore, el diseñador de las Air Force One, mostró su versatilidad con las Sock Racer, tomando un calcetín ajustado y colocándole un compuesto de mediasuela y suela de una pieza (adelantándose años al 3D de reebok). La parte superior era innovadora al eliminar los cordones y sustituirlos por cinchas. La parte más cercana al suelo carecía de pegamentos al estar realizada en una pieza. Evidentemente, la durabilidad no era alta, pero planteada como zapatilla de competición, su uso era puntual entre los corredores, que la reservaban para las carreras. Creada en 1985, podía verse en carreras populares a principios de los noventa, aunque sobre todo podía verse su influencia en toda una gama de modelos Huarache que aparecieron en los noventa con la licra como principal material.
Kickstories: Nike Sock Racer
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