Kickstories: Reebok The Pump


Aunque todos asociemos Reebok al Reino Unido, no tuvo un éxito global hasta que Paul Fireman no se la llevó a Estados Unidos, donde a finales de los ochenta la colocó como la mayor marca de zapatillas, superando a Nike y muy por encima de adidas. Paul Fireman era también dueño de Ellesse, que tenía una bota de esquí hinchable. La idea parecía adecuada para llevarla al gran público y el elegido fue Paul Litchfield, un ingeniero que debía elegir los materiales adecuados. Se suponía que la bomba de aire permitiría personalizar el ajuste, aunque alguien podría decir que los cordones también son un «sistema de customización de ajuste». El diseño final fue obra de Paul Brown, que ya había creado otro clásico para Reebok, la Freestyle.
El resultado fue una zapatilla extremedamente alta, con unos conductos de aire que se inflaban desde una bomba situada en la lengüeta. En los primeros prototipos se diseñaron todo tipo de elementos para colocar el aire, pero los probadores preferían hacerlo manualmente, apretando la pelota naranja.
La zapatilla llegó a las tiendas al exorbitante precido de 170$ y no fue precisamente un gran éxito, pero colocó en la primera plana una tecnología que luego sería un top de ventas con las Omni de baloncesto y con la inclusión del The Pump en otros deportes.
Nunca nadie supo explicar si la tecnología The Pump servía para algo, pero Reebok fue dejando de usarla algunas colecciones más tarde. En plenas de celebraciones de su vigésimo cumpleaños, se volvió a editar en ediciones limitadas y con las habituales críticas al funcionamiento de la bomba.

4 pensamientos en “Kickstories: Reebok The Pump

  1. Alfondo

    Lo mejor de todo es que se deformaron miles de empeines y produjeron lesiones y mal formaciones en muchos de los pies de los adolescentes de la época.

    Uno de los más prestigiosos biomecánicos de España me contaba hace un par de años que recuerda pacientes con dolores y molestias en los pies provocadas por unas zapas que se «inchaban»

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  2. El cateto

    Es que todas las zapatillas no le van bien a todo el mundo.
    A ver cuanta gente se hace un estudio de pisada antes de ponerse a correr y se compra unas pronadoras siendo supinadores.

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  3. KeMP

    el Hexalite se deformaba casi siempre. Solía tomar la forma de los vicios en la pisada de cada jugador, una de las peores cosas que puede hacer una suela.

    El ERS no estaba mal, no se porqué lo abandonaron tan rápido. El The Pump solía jo*erse.

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