Lisboa

Lisboa

Cuando voy de viaje intento desconectar de las zapatillas y buscar otras cosas. Pero no lo consigo. Es entonces cuando me planteo escribir un post sobre lo que he visto y así tener la excusa perfecta ¡eh, estoy viendo tiendas de zapatillas, pero es sólo porque tengo que escribir sobre ellas!
Si quería pasar unos días sin pensar en zapatillas había elegido el lugar perfecto; Lisboa. Absolutamente recomendable si quieres olvidarte de ellas.
En general no se aprecia ni el más mínimo interés por las zapatillas. En las principales calles comerciales hay tiendas de Nike, Footlocker, New Balance o Adidas, pero lo más especial que vas a encontrar es que los dependientes hablan un perfecto inglés porque atienden básicamente a los guiris que visitan la ciudad.

Un europeo utiliza unas Vans moderadamente baratas porque están de moda. Un portugués se gastará casi el mismo dinero en una zapatilla de Decathlon. Ni siquiera hay un interés por aparentar tener algo, así que no he encontrado ni un mantero con sus habituales fakes de Roshes, Air Max o Yeezys.

Las zapatillas, en general, no son cultura en Lisboa. Podríamos pensar que podría estar relacionado con el sueldo medio de un portugués, pero sí que vemos una cultura musical o gastronómica. Si un lisboeta tiene algo dinero, prefiere gastarlo en cenar, no en zapatillas. Durante algún tiempo Portugal era el paraíso de las Air Force 1, pero cuando el hip hop se ha convertido en una cuestión de marcas de lujo las AF1 han perdido su peso.

España es distinta. Reconoces a un español porque lleva Yeezys o Roshe falsas. Es fácil reconocer a los españoles en el extranjero porque son los únicos que gritan. Habitualmente, gritan diciendo que los españoles son los más ruidosos.

A Portugal han llegado las musculocas, Cos (pero sólo hay extranjeros), las gorras de 5 paneles y las camisetas con bolsillos. Hay brazos tatuados y las dilataciones siguen siendo algo extremo. Hay bares de cereales en los que te atiende gente con el pelo rosa. Hay 200 libros de corredores y de cupcakes.

Pero no hay ninjas, imitadores de Rick Owens, ni calcetines largos. No me he encontrado con nadie con Palace ni Supreme, pero mucha gente sigue pensando que el skate es algo que mola (en una ciudad con adoquines, cuestas y tranvías, intentar usar un patín es una locura).

Por curioso que parezca, es medianamente fácil encontrar las colaboraciones más lujosas de Converse, Raf Simons o Y-3, pero muchas de las zapatillas más buscadas en otros países son imposibles. Como si se hubiera salvado de la invasión de los sneakerheads.

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