La nueva Salomon ACS Pro Advanced no es como la antigua. Y no, este no es un comentario de tipo desencantado con las zapatillas que se queja porque han tocado dos milímetros la puntera de la zapatilla de sus sueños. La ACS tiene una medisuela completamente nueva. Y no le queda mal. Pero lo curioso es el motivo del cambio. Su mediasuela original ahora la tienen otras zapatillas. De la competencia.
En 1997 adidas compró Salomon S.A. por unos 1200 millones de euros. El nuevo grupo, llamado adidas-Salomon AG compró unos años después otra marca outdoor, Arc’teryx, en lo que hoy sería el sueño húmedo de cualquier gorpcoreta. Durante un tiempo, Salomon era el lugar perfecto para realizar experimentos, las condiciones en las que los usuarios de Salomon (montaña) eran más duras que las de los usuarios de adidas (Primavera Sound) así que la innovación se testeaba primero en Salomon.
Y GCS era una de esas innovaciones. Ground Control System, un nombre muy bowie para una tecnología de zapatillas, consistía en una combinación de elementos mecánicos que permitía reposicionar el talón de la zapatilla en cada fase de la pisada. El talón era una pieza separada solo unos milímetros del resto de la suela y se unía a ella por una especie de ejes que permitían el movimiento. Al pisar, era esa pieza la que se adaptaba al terreno. El talón era una pieza separada del resto.
Le tecnología era tan avanzada que la pusieron en manos de Christian Tresser, el tipo que había diseñado las Air Max 97, Nike Zoom Spiridon o Reebok Aztek.
La idea era fantástica y adidas-Salomon comenzó a usarla en algunos de sus productos, primero en Salomon y luego en adidas. Las marcas compartían tecnologías y eran felices en su matrimonio. O eso parecía. Bajo el velo de la innovación se ocultaba que Salomon solo era el 10% de la facturación del grupo y a unos costes altísimos porque el grueso de sus ventas eran productos de esquí. Para solucionarlo, adidas hizo lo mismo que había hecho 20 años antes, cerrar fábricas en Europa y comenzar a producir en Asia. Y así aguantó hasta que en 2005 vendió Salomon por 485 millones de euros.
Como en otras separaciones, ambas partes hicieron como si lo tuvieran todo muy bien atado, pusieron buenas caras, dijeron que se deseaban lo mejor y se repartieron las pertenencias comunes. adidas se quedó el Ground Control System que evolucionó hasta convertirse en Formotion.
Desde entonces adidas ha utilizado el sistema Formotion en muchas de sus zapatillas de Trail, running e incluso baloncesto. A Salomon le ha ido bastante bien. En Amer Sports es «hermana» de Wilson o Atomic, marcas del lado más duro del deporte, el que se dedica a raquetas, esquíes y balones. A diferencia de ellas, Salomon se ha convertido en los últimos años en una tendencia en calzado. Y cuando han intentado relanzar algunos de sus modelos se han cruzado con adidas, porque adidas era la propietaria de algunas de las patentes del grupo adidas-Salomon.
Así que las Salomon Ground Control System Pro ahora son ACS (de Agile Chassis System, otro sistema propiedad de Salomon). Y casi a la vez, adidas reedita algunos modelos de la época, pero ellos sí utilizan Formotion.
Si echas de menos las Salomon originales, busca unas adidas.