Por lo general tengo tendencia a huir de las oficialidades y los libros no son una excepción, colocarle el sello de “libro oficial” supone limpiar la historia real y decorarla al gusto del creador. Ese es uno de los problemas de la última camada de libros de Nike.
Durante décadas los únicos libros relacionados con la marca eran externos, de antiguos colaboradores convertidos en enemigos (Nike de J.B. Strasser y Laurie Becklund) o coleccionistas (Nike Chronicle, Nike Vintage). Tenían una visión obviamente sesgada, pero no había un lenguaje oficial que habías escuchado ya en otros medios. En los últimos años la propia Nike se ha decidido a contar en primera persona su historia para controlar el relato. Hacerlo oficial. En unos pocos años hemos visto un asombroso Le Silver que se apartaba de todo el discurso de la marca para mostrar el movimiento local de las Air Max 97 en Italia, pero también libros que pecaban de oficialistas, Nunca te pares de Phil Knight, The Dunk Book y Nike: Better is temporary. Todos pecaban de lo mismo, contaban la historia como un publicista, no como un investigador. Y sí, ya sé que leer el libro del fundador de Nike y acusarle de oficialista es ridículo, pero también me parece ridículo eliminar de la historia a Sonny Vaccaro o Peter Moore solo porque terminaron en adidas. Vamos al tema, el último libro oficial de Nike, ICONS.
Tenía que llegar el libro de Nike sobre uno de los fenómenos del momento, Virgil Abloh. Editado por Taschen con el cuidado habitual, ICONS tiene más lecturas de las que podrían esperarse de un coffee table book creado para saciar a los hypebeasts. Sí, es fotogénico y en un color perfecto para ubicar como único elemento de lectura en un salón blanco con zapatillas al fondo y el inevitable toy de KAWS. Pero sorprendentemente hay mucho más.
En lugar de centrarse en el producto final o en su repercusión global, ICONS repasa el proceso de cada uno de los diseños, desde la elección de cada silueta hasta el resultado final, con un recurso que es a la vez estético y funcional; las conversaciones de texto entre Virgil y el equipo de Nike, que trabajaban en remoto eternamente conectados a sus teléfonos. Se incluyen así fotografías del proceso de creación y las correcciones de Virgil, con fecha y hora.
La segunda parte del libro está formada por una especie de diccionario de referencias de Virgil Abloh. Descubro con sorpresa que, en lugar de repetir lugares comunes, algunas de las breves definiciones nos muestran nuevos datos. Lo último que esperaba en un libro sobre THE TEN es aprender algo sobre Tinker Hatfield. Lo criticable no es tanto la elección de las referencias, sino que Virgil Abloh tenga unas referencias tan fácilmente asimilables. El llamado a liderar un cambio en el lujo a través de sus orígenes no coloca ni una sola referencia a esos orígenes que deben hacerle especial. Pero eso sería una crítica al creador, no al libro que se limita a confirmar una realidad. Asumamos que Virgil le dedica más tiempo a Lady Di que a Ghana. Asumamos también que si voy a escribir una reseña sobre un libro de Virgil Abloh le tenga que pegar algún coscorrón.
Un par de críticas que sí apuntan directamente a ICONS, por una parte algunos extractos del ensayo de Troy Patterson ¿de verdad necesitamos relacionar a Virgil con el situacionismo, McLaren y Westwood? Por otra parte, el prefacio de Hiroshi Fujiwara, que parece confundir el minimalismo con la vagancia. Le dedicó el mismo tiempo que a diseñar sus últimas Jordan I.
Pero este tipo de cosas no deberían decirse al final porque dejan mal sabor de boca. Vamos a quedarnos con que descubren, con imágenes y a través de texto, el proceso creativo de una de las colecciones que han marcado el camino del hype en los últimos años.