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Reebok Club C85, tenistas y camellos

Lo que hoy llamamos Reebok nació en el siglo XIX como una marca para atletas y durante casi un siglo se mantuvo atada a un deporte y un entorno geográfico muy delimitado: Reino Unido. Fundada a partir de pequeña zapatería, J.W. Foster and Son fue dejando de lado el cricket y el fútbol cuando se convirtió en Reebok en 1958.
En pleno boom del jogging en Estados Unidos, Paul Fireman vio en la marca británica una oportunidad para crecer e importar calzado Reebok. Todas las marcas querían aprovechar el auge del jogging y Reebok debía sacar partido a su historia.
El jogging había nacido en Nueva Zelanda y Jim Fixx había avivado el fuego con The Complete Book of Running, un libro convertido en bestseller que te invitaba a correr para encontrar el nirvana. En una de aquellas carreras Fixx se echó la mano al pecho y cayó fulminado, su muerte era también la muerte del jogging como fenómeno de masas. En unas horas el jogging había pasado de moda ubicua a convertirse en el malo de la película. El público necesitaba nuevos deportes, las marcas también. Y llegó la fiebre por los gimnasios.
El aerobic era la respuesta al jogging, era sano, no competitivo, profundamente comercial y llegaba a un público distinto que necesitaba nuevos productos. Reebok fue la primera en apostar por zapatillas específicas para aerobic y triunfó con Freestyle, Princess y Ex-O Fit. La importadora de Paul Fireman creció tanto que acabó comprando la casa matriz. Reebok, la marca del atletismo con la bandera de Reino Unido, se convertía en una empresa americana centrada en los gimnasios.
Reebok había aprendido algo del auge del jogging, no debía quedarse en una sola actividad. El segundo lustro de los ochenta debía ser el momento en el que Reebok creciera en el resto de deportes. Necesitaron mucho tiempo para entrar en el baloncesto en una época en la que se buscaban las zapatillas por el nombre del jugador que las calzaba y ahí Reebok no podía competir. Pero había un lugar que parecía perfecto para una marca que todo el mundo relacionaba con siluetas amables y pieles blancas.
Las normas del tenis obligaban a vestir de blanco, una regla que incluso hoy se respeta como referencia a los inicios del deporte. A finales del siglo XIX, cuando el tenis fijó las reglas que conocemos hoy día, las familias pudientes necesitaban distinguirse de aquellas actividades realizadas por las masas. Vestir de blanco era demostrar que no necesitaban trabajar, era el modo de separarse de los trabajadores de las fábricas.


La llegada de McEnroe, Nastase o Björn Borg cambiaron la imagen del tenis profesional, pero los clubes de tenis seguían siendo blancos. Reebok reconvirtió sus zapatillas de gimnasio en modelos para tenis. Los profesionales comenzaban a llevar las ACT 600 pero la apuesta de Reebok eran las zapatillas con las que podías jugar y tomar algo en el club. La NPC lo dejaba claro desde el nombre, Newport Classic. Newport es la ciudad que acoge el Salón de la Fama del Tenis Internacional pero también es un puerto de lujo.

La otra gran zapatilla del momento fue la Club Champion, diseñada como una reconversión de la Revenge Plus, en Reebok decidieron cambiarle el nombre, llamar Venganza parecía poco adecuado para un club de tenis. Técnicamente no era una zapatilla demasiado avanzada, pero precisamente por eso pudo llegar a un público mayor y sigue haciéndolo hoy día como Club C85. El uniforme se completaba con un polos, camisetas y chaquetas con franjas que durante años vimos a Arantxa Sanchez Vicario, Miloslav Mecir o Michael Chang, además de un eterno corredor de los sanfermines. Reebok consiguió dar el salto de los gimnasios a los clubes de tenis. Pero no se quedó ahí.
Rich Porter, uno de los camellos más famosos de la historia de Harlem, presumía de estrenar cada día unas Reebok blancas. Tal y como hacían los elitistas jugadores de tenis un siglo antes, vestir de blanco impoluto significaba no tener que mancharse las manos para trabajar. Tenistas de buena familia y camellos de barrio unidos en su interés por apartarse del vulgo. Influencers de la época.

Las 10 mejores zapatillas de la historia

Algo más de un siglo de zapatillas resumido en una exposición. Eso es lo que pretende “Greatest Sneakers Of All Time”, una exposición patrocinada por Lyst en la que Neal Heard (autor de Trainers, uno de los primeros libros sobre zapatillas) ha reunido a algunos expertos para que seleccionen las mejores zapatillas de la historia (aunque no aclaren qué singnifica eso). El resultado fue este:

1-Adidas Stan Smith
2-Nike Air Force 1
3-converse Chuck Taylor
4-Nike Air Jordan 1
5-Diadora Borg Elite
6-adidas gazelle
7-Nike Trainer 1
8-Puma Clyde
9-Nike Huarache
10-adidas Ultraboost

¿Tiene algún sentido? Sinceramente, no. La misma selección de los expertos ya sería discutible y las listas podrían variar cada 10 minutos. Sin dar a opción a que los autores se expliquen, se antoja un listado abiertamente anglocéntrico, con sorpresas como la Diadora Bjorg en el número cinco.

Con la intención de responder a este “Greatest Sneakers Of All Time”, he preguntado a los que yo considero expertos de distintos perfiles. Paulo Ibarra fue el primer argentino en diseñar para Nike en Oregón y actualmente dirige The Sneaker Protocol, Cristian Ortiz escribe sobre moda y tendencias en Cause I Need It, Vileck es un coleccionista (viejuno, me permito añadir), Marcos Bellavia es honcho del imprescindible Vision Invisible, Quetzal Ramos es un diseñador independiente, David Broc es un periodista con buen gusto, Antonio Moraleda es un acumulador de tendencias eclécticas, Luis Miguel Lozano «Jumi» es uno de los mejores coleccionistas de Europa y un pozo de historias y Eugenio Palopoli es el autor del que para mí es el libro de referencia para conocer la historia de las marcas deportivas. Perdonen la falta de humildad, pero me he incluido en el grupo de expertos. Cada una de las listas ha sido ordenada, puntuada y mezclada para dar con una única lista final.

El resultado es todo excepto LA VERDAD, pero espero que os sirva para hablar un rato sobre zapatillas. Comienza la pelea.

1.-Nike Air Max 1
2.-Converse Chuck Taylor All Star
3.-Nike Air Jordan I
4.-Nike Air Force 1
5.-adidas Stan Smith
6.-Nike Air Trainer 1
7.-Puma Suede/Clyde
8.-adidas Superstar
9.-Nike Air Jordan III
10.-Nike Cortez

¿Curiosidades? Han recibido votos 38 zapatillas de ocho marcas; 22 Nike/Jordan, 6 adidas, 4 Reebok 2 Vans y una zapatilla para Puma, Converse, Avia y New Balance. La lista de 10 en injusta con Reebok, que tiene tres zapatillas en los puestos 11º, 12º y 13º. Por poner en perspectiva el estado actual, solo hay cuatro zapatillas del siglo XXI, UltraBoost, Flyknit Racer, Kobe IV y una polémica Roshe (Presto es de 2000, que oficialmente seguía siendo siglo XX.

La «mejor zapatilla de la historia», la Air Max 1, estaba en el lugar número 25 de la versión inglesa. ¿Es justo? ¿un sacrilegio? ¿no es esto solo una excusa para hablar de zapatillas? Hablen, propongan sus propios decálogos, lloren por las ausencias.

Las fábricas vuelven a Occidente

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Suzhou Tianyuan es una compañía china que fabrica 10 millones de prendas, principalmente para adidas, pero también para Reebok y Armani. Hasta ahora sus cinco fábricas estaban situadas en China, pero acaba de anunciarse que a finales de 2017 abrirá una nueva planta en Arkansas, una tendencia que le da la vuelta a lo habitual. El niño que muerde al perro.

Para conocer el verdadero significado habrá que esperar más allá de 2017, pero tiene sentido cuando lo relacionamos con las Speedfactories que adidas está desarrollando en Alemania para reaccionar con mayor velocidad a las exigencias del mercado. Suzhou Tianyuan trabaja con H&M y Zara, así que sabe mucho de velocidad. Y puede ser aún más veloz si trabaja desde Estados Unidos.

Un anuncio que llega el mismo día en el que Reebok muestra su futuro, Liquid Factory. Una nueva tecnología que no sabemos si mejorará el rendimiento, pero además de sorprender, demuestra lo que se puede hacer sin la intervención de ningún trabajador. Un sueldo norteamericano sigue siendo más caro que uno asiático por lo que la vuelta de las fábricas a Estados Unidos debía esperar a que funcionaran con el mínimo personal posible. ¿Es ese el verdadero sentido de las Liquid Factory?

UFC comienza a sancionar por no llevar Reebok

ufc-3Hace unos meses Reebok dio un paso adelante en su carrera por hacerse con los gimnasios y se hizo con el control de la UFC, la liga de MMA, obligando a sus integrantes a utilizar prendas de la marca. Las primeras reacciones fueron adversas porque implicaba que muchos de los luchadores perderían sus patrocinadores personales.

Tras unos meses de tanteo, la UFC anuncia que tres de sus luchadores han sido sancionados por no usar el producto autorizado. Bajo la etiqueta de «producto autorizado» se incluye no solo los de Reebok sino los auriculares Monster, únicos que pueden usar. A cambio de este patrocinio, cada luchador recibe un cheque después de cada combate y un tanto por ciento variable a final de temporada.

No se hicieron públicos los nombres de los 3 sancionados y 12 advertidos, aunque Nate Diaz ya ha comunicado a Reebok el lugar en el que puede meterse el cheque.

Kickstories: Reebok Question

Scott Hewlett había diseñado la Reebok Question incluso antes de que Iverson llegara a la NBA. Era un momento complicado para Reebok, después de unos años de gloria tenía que demostrar que era algo más que zapatillas hinchables. La respuesta fue Hexalite, un sistema de amortiguación formado por celdas visibles y que prometía absorber cada impacto. Y puede que fuera cierto en las primeras ocasiones. Iverson la adoptó como su zapatilla, así que hicieron poco más que colocarle un logo y adaptar los colores. Iverson y Shaq O´neal eran los dos jugadores más visibles tras Michael Jordan, Nike parecía acorralada.
La sencillez de las líneas recordaba a otra zapatilla que Iverson había utilizado, la Jordan XI que llevó en Georgetown. Además, la ojetera Ghilly, en la que podía leerse «Reebok» era similar a los samples de la XI (sí, tuvieron la suerte de que Jordan y Reebok tenían las mismas letras, 6, ideal para la ojetera). A partir de entonces, las zapatillas de Iverson no serían la pregunta sino la respuesta. Después de 7 Answer, en 2004 aparecía una nueva Question.
Es uno de los clásicos de Reebok y ha sido reeditado en algunas ocasiones, lo que hizo que incluso LeBron James las llevara en cancha.

Kickstories: Reebok Omni Lite/ Omni Zone II 1991

Durante algunos años, Michael Jordan era aquél joven prometedor que había vencido al todopoderoso Dominique Wilkins en el concurso de mates. En los ochenta, Wilkins se había convertido en la imagen de Brooks y podía decirse que en la NBA era casi su único representante. Pero Reebok se hizo con él para mostrarnos The Pump, la tecnología que prometía personalizar el ajuste, no solo con cordones, sino gracias a una cámara que se inflaba desde una bomba en la lengüeta. Y entonces, Hexalite en la media suela era una garantía de éxito. Una línea completa de zapatillas llamada «Omni» recordaba el nombre del pabellón en el que jugaba Dominique, aunque nunca fue una signature como en los tiempos de Brooks.
Omni Zone II y Omni Lite (en la foto) eran casi idénticas, con la segunda rebajando la altura del collarín y eliminando la malla. Ambas unían los beneficios de la primera The Pump con un diseño más atractivo cimentado en un detalle funcional, una pieza plástica en el lateral que debía dar estabilidad a la zapatilla. Además de Dominique la llevaron Sam Perkins, Danny Ainge, John Paxson o Dennis Rodman, pero fue la zapatilla que todos relacionamos con Dee Brown. El jugador de los Celtics tenía acceso privilegiado a las muestras de Reebok por vivir cerca de la sede de la marca en Estados Unidos. Así fue uno de los primeros en probar las Pump y se atrevió con ellas en el concurso de mates del All Star. Su gesto de inflarse las zapatillas antes de cada mate le llevó mucho más lejos que su carrera en la NBA.
Cuando llegó el momento de jugar con el diseño se probó con nuevas tecnologías, sirviendo como base para la Omni Pump olímpica de Yao Ming e incluso con una versión que recuerda a zapatillas de running.

Kickstories: Reebok Instapump Fury 1994

Imagina un mundo en el que Reebok es la mayor marca del planeta, Nike es un segundón en caída libre y adidas sólo cuenta en los libros de historia. La mayor amenaza para Reebok es Avia, una empresa que está creciendo a rítmo de anabolizante. No, no es ciencia ficción, son los comienzos de los noventa.
En 1994 el sistema The Pump ya no era una novedad. Las primeras pruebas habían demostrado que la gente prefería un sistema en el que pudieran notar cómo inflaban las cámaras que rodeaban el pie, ajustándolo hasta lo deseado. Tan simple como apretar la bomba de la lengüeta. Pero una vez que la pelotita naranja pasó de moda, había que buscar algo más. Y eso fue el InstaPump, que utilizaba una pistola para introducir CO2 en la zapatilla y que aseguraba que haría desaparecer los cordones. ¿Quien quiere cordones cuando puedes utilizar una nueva tecnología que necesita de elementos externos? InstaPump debía ser el método de ajuste perfecto, ya que era capaz de adaptarse a cada zona del pie.
Aunque la Fury utilizaba «full foot lowchamber technology«, una especie de cámara que rodeaba todo el pie, el InstaPump fue también utilizado en otros modelos de un modo menos arriesgado, como la Shaq III, combinándolo con cordones más tradicionales.
Quizás el exceso de tecnología fue el defecto de la Fury, cuyo diseño era impactante por lo novedoso. Huecos en el textil de licra, una suela segmentada y unos colores nunca vistos. Fue mal acogida entre los corredores pero era habitual verla en los pies de Björk o Sharleen Spiteri (de Texas). Incluso Jackie Chan tuvo su propia versión.
A pesar de que Reebok estuvo algunos años como número uno en ventas, sólo tiene unos pocos diseños absolutamente identificativos de la marca, y la Fury es una de ellas. Perdió el «Insta» del nombre a la vez que cambió de sistema de inflado, y en los últimos años incluso ha sufrido cambios estructurales para adaptarse a nuevos materiales.
En la recámara quedó una asombrosa colaboración con Chanel, finalmente abortada.

Kickstories: Reebok Freestyle


La incorporación de la mujer al deporte ha sido un proceso muy lento, o quizás tendría que decir «está siendo» un proceso muy lento. Cuando Nike explotó a finales de los setenta no tenía muy en cuenta a las mujeres y adidas posiblemente ni sabía que había mujeres que hacían deporte para sentirse bien y no para participar en Juegos Olímpicos. Era el momento en el que surgía una nueva disciplina a la que llamaban «aerobic». Para adidas no se trataba de un deporte porque no había competitividad, para Nike era sólo un grupo de madres que se reunían para hacer algo parecido a bailar. Reebok era una marca que bajo otro nombre, J.W. Foster, había tenido cierto prestigio en el atletismo a principios del siglo XX (las carreras que se narran en la película «Carros de Fuego» estaban calzadas por Reebok). En 1979 Paul Fireman comienza a exportar Reebok a Estados Unidos e identifica a las mujeres y el deporte recreacional como un mercado emergente.
Para ellas crea la Reebok Freestyle, en un principio en versión baja y poco después en versión alta con velcro. Las historias sobre zapatillas están llenas de leyendas y se cuenta que debido a un error, la primera tirada de Freestyles se realizaron con piel destinadas a guantes, mucho más suaves. El resultado final no era el deseado por Reebok ya que la zapatilla era demasiado fina y unas arrugas quedaban marcadas en la puntera. Los fabricantes asiáticos prometían en la primera partida que estaban trabajando duro para eliminar esas arrugas, pero Reebok se vió obligada a ponerlas a la venta sin mucha confianza.
Casi sin saberlo, habían creado la primera zapatilla para Aerobic, un modelo exclusivo para mujer que además se realizaba en distintos tonos pastel. Puede que a Nike y adidas no les pareciera un modelo de alto rendimiento, pero muchas mujeres comenzaron a combinarlas con su vestuario habitual, como se refleja en «Armas de Mujer», de Melanie Griffith. Las zapatillas deportivas dejaban de ser un producto exclusivo para deportistas.
Cuando los fabricantes asiáticos consiguieron un resultado adecuado, muchas clientas se quejaban de que no tenían las arrugas en la puntera que le daban un aspecto más cercano a una zapatilla de baile. Y los fabricantes tuvieron que deshacer el camino para que la Freestyle quedara imperfecta.
Mucho más que un hito del diseño, la Reebok Freestyle supuso el descubrimiento de dos nuevos mercados, el femenino y el de los gimnasios. Incluso apareció una versión masculina, la Ex-O-Fit. Cuando las grandes marcas quisieron reaccionar, Reebok ya había conseguido un prestigio como zapatilla de gimnasio con estilo, que curiosamente recupera desde que forma parte del grupo adidas. Además, las reediciones de la Reebok Freestyle original con pequeños cambios siguen siendo un moderado éxito de ventas.
En un momento en el que la mujer entraban en el deporte con fuerza, la Reebok Freestyle era su zapatilla. El momento fue reflejado en «Armas de Mujer» (Working Girl) cuando Melanie Griffith cambia zapatillas por tacones para empezar a trabajar.

Kickstories: Reebok Shaq Attaq

Shaquille O´neal había creado tanta expectación en su etapa universitaria que él mismo quiso hacer las cosas diferentes en su llegada a la NBA. En lugar de firmar un contrato con una marca de zapatillas, quiso crear él mismo su propia marca, que llegaría a acuerdos con otras empresas para crear los productos que llevaran su firma. Su logotipo SHAQ podría aparecer en unas Reebok este año, pero también en una caja de cereales o en un coche. O eso era lo que Shaq pretendía. Adidas y Nike tenían visiones muy distintas de cómo vender sus zapatillas y no aceptaron el trato. Reebok, por aquél entonces la marca número uno, aceptó, uniéndose al que parecía que podía convertirse en el jugador número uno, para luchar contra Michael Jordan y sus zapatillas.
Su primer modelo con Reebok fue espectacular, con The Pump algo más consolidado, una puntera limpia como se llevaba en la época y colores satinados, aunque los más duros se sorprendieron de que no fuera una zapatilla demasiado duradera. En el anuncio aparecía con Wilt Chamberlain, Kareem Abdul Jabbar, Bill Walton y Bill Russell.

Kickstories: Reebok The Pump


Aunque todos asociemos Reebok al Reino Unido, no tuvo un éxito global hasta que Paul Fireman no se la llevó a Estados Unidos, donde a finales de los ochenta la colocó como la mayor marca de zapatillas, superando a Nike y muy por encima de adidas. Paul Fireman era también dueño de Ellesse, que tenía una bota de esquí hinchable. La idea parecía adecuada para llevarla al gran público y el elegido fue Paul Litchfield, un ingeniero que debía elegir los materiales adecuados. Se suponía que la bomba de aire permitiría personalizar el ajuste, aunque alguien podría decir que los cordones también son un «sistema de customización de ajuste». El diseño final fue obra de Paul Brown, que ya había creado otro clásico para Reebok, la Freestyle.
El resultado fue una zapatilla extremedamente alta, con unos conductos de aire que se inflaban desde una bomba situada en la lengüeta. En los primeros prototipos se diseñaron todo tipo de elementos para colocar el aire, pero los probadores preferían hacerlo manualmente, apretando la pelota naranja.
La zapatilla llegó a las tiendas al exorbitante precido de 170$ y no fue precisamente un gran éxito, pero colocó en la primera plana una tecnología que luego sería un top de ventas con las Omni de baloncesto y con la inclusión del The Pump en otros deportes.
Nunca nadie supo explicar si la tecnología The Pump servía para algo, pero Reebok fue dejando de usarla algunas colecciones más tarde. En plenas de celebraciones de su vigésimo cumpleaños, se volvió a editar en ediciones limitadas y con las habituales críticas al funcionamiento de la bomba.