A principios de los ochenta, Nike había introducido el aire en sus zapatillas de running de la mano de la Tailwind, lo que había supuesto una aparatosa carrera por demostrar que sus zapatillas eran “más tecnológicas” que las de la competencia. Correr, que había comenzado como algo que destilaba simplicidad tal y como hacían los pioneros de Oregón, se convertía en una batalla por la innovación.
Y quien comenzó la guerra fue el primero en abandonarla. Nike no desatendió la innovación, pero sí la demostración sin sentido. Las V Series eran aparentemente sencillas. Tres modelos con una horma parecida para los corredores que necesitaban velocidad, estabilidad o la mezcla adecuada de ambas. Nike en los setenta había sido la primera marca en apostar por el running como un estilo de vida rebelde, más tarde había sido la abanderada de los adelantos tecnológicos y de nuevo apostaba por el correr libre. Correr volvía a ser simple. Y divertido.
La Vengeance era el modelo más característico de las V Series, aunque quizás el menos avanzado. Líneas que la emparentaban con la saga de las Eagle, un característico refuerzo en otro color en la parte delantera que la identificaba y una original ojetera que comezaba en un tirador.
Toda la tecnología posible estaba en esas zapatillas, pero nada era exageradamente visible. En sus anuncios decían “Si quieres, podemos aburrirte con mil detalles tecnológicos sobre el Duramesh usado en el corte o la cámara de aire”. “Si llevas la tecnología lo más lejos posible, te llevará al lugar donde todo comenzó”. Una actitud que curiosamente ha vuelto con otra tecnología de Nike, la espuma Lunar, un concepto simple que se aleja de tecnologías misteriosas. No creo que sea casualidad que la Vengeance, como sus hermanas de serie Vector y Vortex, tengan ahora una versión con suela Lunar en un espectacular híbrido que comparte con la original el espiritu de la sencillez.
Hace algunas temporadas, cuando el retro running aún no se había convertido en una moda, Nike reeditó las Vengeance con poca repercusión. Ahora que el baloncesto retro está dejando hueco al running será más fácil verlas en su versión “habitual”, vintage o Lunar.

Una zapatilla que me encanta hablando de estos hibridos retro-actual era la Pegasus 25 Special Edition. Todavia sigo buscandola.
buenísma también esa Pegasus. Demostrando que un híbrido no tiene porqué ser una chapuza.
esas Pegasus son una zapa muy especial. En ese “género” para mi solo las superan las Marathon 10, que tienen más clase