Kickstories: Nike Air Pressure 1989

Una muestra de que a veces las cosas no ocurren como deberían. A finales de la década de los ochenta, Bruce Kilgore había diseñado las Air Jordan II y Air Force One, Tinker Hatfield estaba con las Jordans III y IV, Air Max y Trainer. La lógica parecía indicar que si unías a dos genios tendrías una genialidad…pero no.
Reebok había crecido en las últimas campañas, alejándose de la imagen de «zapatilla para chicas que hacen aerobic». En baloncesto, aunque las Pump parecían más un elemento decorativo que un elemento técnico, se convirtieron en la liebre a seguir. Nike puso en el mercado una zapatilla que aún no estaba del todo desarrollada, para competir con The Pump, con un sistema más complejo y pesado que las de Reebok y con la misma utilidad (ninguna). Además, era más compleja porque necesitaba de un elemento externo para inflarse. El collarín que sujetaba el tobillo era de un compuesto rígido que, además de pesado, impedía ciertos movimientos y lo que podría haber sido la respuesta a Reebok de dos genios del diseño, se quedó en un experimento olvidable. El razonamiento esgrimido por Nike para olvidar el sistema (con las excepciones de las Command Force y 180) fue que eran unas zapatillas válidas solo para jugadores con problemas de tobillo. El único al que recuerdo con ellas, es a Mark Jackson de los Knicks, cuando aún hacía diabluras con el balón.

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