Cada trimestre Nike se sienta con sus accionistas para presentarles datos y asegurarles que el próximo será mejor, algo que durante los últimos 20 años ha pudido cumplir. La batalla de cifras es, como todas las batallas de cifras, un intento de maquillar los datos. Pero siempre hay un momento interesante cuando toma la palabra Mark Parker, Presidente y CEO de Nike. Entre frases vacías y las habituales máximas de Mr Wonderful, Mark Parker suele mostrar algunas perlas.
En esta ocasión Parker separa tres líneas. Innovación, el desarrollo del producto y el mercado en el que se contacta con el cliente. Tres aspectos que quiere doblar en lo que ha llamado Triple Doble.
Respecto a la innovación, Parker habla de una revolución de la amortiguación. Además de la tecnología VaporMax que llegará a tiendas el 26 de marzo, Nike está trabajando en ZoomX, el sistema que hemos visto el proyecto Breaking2 que llegará a tiendas en junio. A finales de verano llegará lo que se anuncia como la nueva generación de sistemas de amortiguación, aunque aun no se ha anunciado ni el nombre. El último gran sistema creado por Nike fue el Lunarlon en 2008, lo que pone en perspectiva la promesa de tres nuevos sistemas en 2017.
El resto de innovaciones presentadas eran evoluciones de Hyperadapt, FlyEase y Flyknit.
En cuanto al desarrollo del producto, Parker se centra en la velocidad de reacción. Tal y como viene siendo habitual en sus últimas participaciones públicas, Parker habla de acortar el desarrollo del producto para responder las necesidades de los consumidores. Y ahí está la trampa. Express Lane es el nombre dado a un nuevo sistema que intenta poner en las tiendas rápidamente las peticiones de los clientes, una especie de “zarificación” de Nike. Pero los dos primeros productos han sido Aptare y LunarCharge, dos zapatillas que han pasado sin pena ni gloria. Lo ideal sería acortar el desarrollo para lanzar nuevos productos, no para copiar lo que tiene éxito.
Y no solo se acortan los desarrollos, también se eliminan referencias. Un 25% de las referencias de Nike solo aportan el 1% de las ventas. Identificar y eliminarlas es el siguiente paso. Mucho se ha hablado de un encuentro Mark Parker-Steve Jobs (de hecho, Tim Cook es Lead Independent Director en Nike a la vez que CEO de Apple). En aquél encuentro Jobs aconsejó a Parker centrarse en un puñado de buenos productos y (literalmente) dejar de hacer mierda. Más allá de que el consejo pueda ser adecuado para el cambiante mundo de la moda, parece que Parker lo está llevando a cabo. Aunque habría que preguntarse cuánta gente dejaría de usar un modelo de zapatillas si fuera tan ubicua como el iPhone. El ejemplo a evitar sería Nike Sportswear, lo que comenzó como una línea para activar fútbol y running y que ha terminado convirtiéndose en una máquina que produce para las masas el sabor del mes.
El tercer punto era el cliente y ahí Nike lo tiene claro. Online ha pasado de ser una pata a ser la base. Más personal, más cercano, algo que ya viene haciendo en la recién inaugurada tienda en el Soho neoyorquino. Pruebas de producto, Running Club, Training Club…
Innovación, acortar tiempos y acercarse al cliente. Una estrategia implantada en Nike en los últimos meses y en los que hasta ahora habíamos visto poca innovación para centrarse en los otros dos puntos. En un difícil momento para la imagen de Nike, la promesa de tres nuevas tecnologías para 2017 es lo único que nos mantiene atentos.